“Sólo te diré una cosa, mi ángel: deja que el corazón te guíe. Vivir con el corazón amordazado… no es vivir.”
Querido tú:
Después de
tu partida clausuré la parte de mi corazón que te pertenecía, la cubrí con
recuerdos que un día fueron alegres y vi cómo poco a poco el polvo y el tiempo
los cubrían.
Tú no viniste a reclamarla y yo fingí que no la necesitaba. Aprendí
a vivir sin ella, aunque en secreto, buceaba entre nuestras historias
reviviendo un pasado que a veces fue mejor.
Hoy alguien quiere ocupar tu lugar, alguien que ni siquiera
sabía que me hacía falta, y me pide esa oportunidad que tú ahogaste en alcohol
y olvido. Me llena la cabeza de posibilidades, las horas de risas y la vida de
color. Ve más allá de mis ojos y es difícil resistirse a su mirada.
La vida me pone a prueba con forma de segunda oportunidad y
yo apelo a la confianza ciega que un día tuvimos para que me digas si es tu
digno sucesor y si, a diferencia de ti, viene con intención de quedarse.
Yo, a cambio, prometo ser todo lo que una vez fui para ti… y
mucho, mucho más.
Las segundas oportunidades muchas veces son lo que nos permite dejar atras un pasado que -nos hizo felices- pero no deja de ser pasado, y darle lugar a nuevas vivencias que si las dejamos, pueden hacernos volver a sentir esa felicidad. Un placer leerte de nuevo! Un abrazo
ResponderEliminarLas segundas oportunidades muchas veces son lo que nos permite dejar atras un pasado que -nos hizo felices- pero no deja de ser pasado, y darle lugar a nuevas vivencias que si las dejamos, pueden hacernos volver a sentir esa felicidad. Un placer leerte de nuevo! Un abrazo
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