2 de octubre de 2015

A new beginning

“Su corazón sonreía por primera vez en muchos años, al tiempo que se sentía libre de opresiones y congojas, de penas y dolorosos recuerdos, de las enfermedades del alma. Era como si, súbitamente, su vida tomara una nueva dimensión, como si los difusos caminos por los que deambulaba se aclararan para mostrarle, inequívocamente, cuál era la senda que debería seguir, y también el lugar que ocupaba en la vida.”

Con las astillas en las que se convirtió mi corazón después del último naufragio, construí una tabla a la que aferrarme. No tenía nada más que un puñado de recuerdos que un día fueron felices pero que se volvieron salados, emociones sumergidas en el océano de mi alma y el desconcierto de quien no sabe dónde está el norte.

Sin embargo, los momentos felices fueron llegando como el sol en primavera, cortos en tiempo pero a la vez largos en ilusión; mi corazón latió desacompasado ante amores efímeros y pasajeros antes de ser él el que marcara el ritmo, tocando la melodía más bella y perfecta; el vello se me erizó al volver a sentir el frío de las gotas de lluvia sobre mi piel y decidí olvidarme de buscar el norte porque era más emocionante dejarse guiar por una estrella.

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