5 de septiembre de 2014

Sleepless

La noche me sorprendió entrando a hurtadillas en mi habitación. Se había quitado los zapatos en la entrada y había recorrido la distancia que nos separaba de puntillas, evitando los escalones que siempre gimotean si los tocas. No venía sola; la acompañaba un torbellino de pensamientos con los que ocupar mi cabeza a cambio de arrancarme el sueño. Un sueño que necesitaba pero que no me pertenecía, al menos no esa noche. Esa noche mi desvelo te buscaba a ti, te quería a ti y finalmente te encontró. Y ahí me quedé yo, sola e insomne, añorándote aun sabiendo que tú no me echarías en falta.

A través de los cristales que formaban las lágrimas que se derramaban de mis ojos rogué a mi sueño que regresara y me sumiese en esa plácida duermevela, en ese sopor anestésico durante el que los problemas desaparecen, las preocupaciones se tornan plumas y el descanso actúa como un sedante barriéndolo todo.


Por una vez en la vida, el sueño acudió a mi llamada, cortó las ligaduras que me ataban a la consciencia y me rendí a su abrazo.

Al menos hasta el día siguiente.

El sueño nos ofrece un refugio del mundo y de todo su dolor. El sueño marca el paso del tiempo y nos proporciona distancia de las cosas que nos han hecho daño.

10 comentarios:

  1. Bendito sueño que nos hace olvidar hasta nuestra propia existencia. A veces es lo único que necesitamos.
    Un saludo.

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    1. Cierto, el sueño nos da la tranquilidad que muchas veces la vida no nos ofrece.
      un besoo!

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  2. Qué placer dormir y soñar!
    Me encanta la cita final :)

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    1. ¡Cuánta razón! :)
      La cita es de El nombre del viento de Patrick Rothfuss.
      un besoo!

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  3. Bonito texto.
    Me encanto la frase del final
    http://mylifeenpocaspalabras.blogspot.com.es/

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  4. ¡Guau! Me ha parecido increíble, jamás había visto el sueño de esta manera, pero no puedes tener más razón en tus palabras, de hecho, a mí me has dejado sin ellas.
    Bailando con el viento en http://albordedetucama.blogspot.com.es/
    M.

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  5. A veces los sueños nos dan esa paz que necesitamos, ese stop a nuestra vida y por lo menos, en ellos, conseguimos relajarnos.
    Me encantó.

    ¡Un besito!

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    1. Es ese parón el que nos hace capaces de seguir, de continuar...
      Un besoo!

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