“Ese es el problema. Que es simpático. Es amable, y la gente interpreta la amabilidad como debilidad. Y es feliz, lo que la gente interpreta como estupidez.”
¿Os habíais
parado a pensarlo alguna vez?
Por lo
general, todos nacemos amables y simpáticos. De hecho, pocos niños no lo son.
Sin embargo, según van pasando los años, la vida nos da dificultades, nos da
pérdidas, nos da traiciones… en definitiva, nos hace desconfiar. Es una manera
de protegernos de los posibles peligros.
Ese escudo
no es malo, simplemente nos hace ser cautos, pensar dos veces las cosas, estar
preparados para luchar después de cada derrota, para levantarte día tras día.
El problema es cuando sucumbes y te vuelves mezquino, agrio.
Así que ser
amable, ser simpático es una rara cualidad a la que la gente no está
acostumbrada. No está acostumbrada a que sonrías cuando se cruzan dos miradas,
a que digas: “perdone, ¿puedo…?” o “gracias”, a que empieces el día de buen
humor… pero no es eso lo que extraña a la gente sino el hecho de lo hagas DESINTERESADAMENTE.
Por eso, la
gente puede pensar que soy débil o estúpida, o las dos cosas pero yo sé que no
y tú serás el único culpable cuando te quedes anonadado al descubrir lo
contrario.
Deberíais
saber que se consiguen muchas más cosas y que, al final del día, merece la pena.
Be Unic.
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